> txus amat: El carro del comediante

viernes, 21 de marzo de 2008

El carro del comediante

















Tuve la suerte en mi adolescencia de formar parte de una obra de teatro que se tituló “El carro de heno”, una alegoría sobre los bienes terrenales inspirada en un cuadro de El Bosco.


(Un poco antes, a finales de los setenta, había coqueteado con el super 8 en producciones que nos obligaban ya a tener los ojos bien abiertos. No teníamos nada. Pero eso o no lo sabíamos o no representaba mayor problema: le pedíamos la cámara prestada a Sixto, las luces a Txema, un piso vacío de mi primo se convertía en plató, pedíamos una subvención al Eroski para comprar película o una sala donde reunirnos en Anayak).

El caso es que hicimos algunas funciones fuera de Tudela. Actuamos en muchos pueblos de Navarra. También de Zaragoza, Segovia… Con apenas quince años no dejaba de asombrarme de todo cuanto estábamos viviendo.

Gracias al empeño en que así fuese por parte de nuestro coordinador ( a decir verdad casi como única condición ), tenía la fortuna de formar parte de un grupo donde colectivamente íbamos montando cada parte: la escenografía, la caracterización de los personajes, discutiendo el ritmo, las clases de dicción…

Nos maquillábamos y vestíamos juntos, entre bambalinas, en el mejor de los casos en camerinos compartidos. Durmiendo en el autobús, montando jarana con gaitas y tamboriles. Recuerdo con emoción que toda la segunda parte de la obra era una coreografía sobre
“Carmina Burana” una famosa cantata escénica de Carl Orff que yo, en aquellos años, naturalmente desconocía. Dios mío. ¿Qué era todo aquello?.

Así, aún me recuerdo dando latigazos al aire, con veinte cadáveres danzando en escena. La luna de los campos nocturnos colándose entre las ventanillas. Tirados en una esquina de cualquier ciudad cantando canciones de viejas que mean de pie.

Esas cosas íban imprimiendo cierto carácter. 




Mi juglar negro

Letra y música: Txus Amat 


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