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martes, 6 de diciembre de 2022

El primer día del mundo

Txus Amat, músico afincado en Alicante desde hace décadas, presenta al día siguiente, el viernes a las 19.30 horas  “El primer día del mundo” un álbum de 16 canciones en forma de antología con composiciones creadas por él durante los últimos treinta años, que cuenta con ilustraciones de premio nacional de Cómic 2016 Pablo Auladell, con quien creó el espectáculo Camerata Carabel en 2011.

 

"Vengo haciendo canciones desde los años 80 y estas las tenía guardadas sin haberlas grabado. Son todas inéditas y la mayoría son viejas maquetas que he tenido que volver a grabar, algunas en un tono más bajo que cuando era más joven, con la idea de que no se perdieran", explica el cantautor, que añade que algunas son de guitarra y voz y otras las ha tocado con otros músicos en distintas épocas.

 

En los últimos años, sus composiciones han ido derivando hacia la musicalización de poemas, destacando los recitales Suite del amor y las ciudades con poemas de Luis García Montero, Fantasía para una rosa incierta con textos de Raquel Lanseros y Fernando Valverde, Homenaje a Miguel Hernández de José Luis Ferris, Vals de lo que a mí me duele con poemas de José Luis Rico. Con este último graba A orillas de la ciudad luz con la obra de veinticinco poetas alicantinos. En 2021 estrena Cuerdas y papel, con veinte poemas de otros tantos poetas nacionales. 

 

“Mi aventura con los poetas comienza empieza en 2014 al conocer a García Montero y empezar a musicalizar sus poemas, que ha acabado siendo mi actividad principal", afirma Amat, quien considera que en las canciones escogidas para el álbum "hay un sustrato poético en forma de narrativa de mi día a día, representativo de cada época en este tiempo".

 

El álbum lo presentará después en la Biblioteca de los Libros Felices y la Sede Ciudad de Alicante de la UA, entre otros espacios.

 

En la actualidad prepara la edición del libro-cd Pájaros, del poeta Pedro Serrano, y el espectáculo Ellas cuentan la guerra junto a Rosa Cuadrado.

 

© África Prado. Diario Información. 

 

 








 



miércoles, 30 de marzo de 2022

El retrato de Erik Satie

Esta canción que escribí en 2020, alude al cuadro que la pintora impresionista Suzanne Valadon realizase en 1893 al compositor francés Erik Satie, con el que mantuvo una breve pero intensa relación sentimental. El retrato, que hoy se exhibe en el Centro Pompidou de Arte Moderno de París, no es otra cosa, pues, que el testigo mudo de aquel romance. El pretexto perfecto para contar y cantar la confluencia de dos personas extraordinarias en aquellos años de Bohemia parisina.

Para situarla en un contexto más apropiado, me gustaría explicar algunas cosas. La pintora Suzanne Valadon, madre del también extraordinario pintor Maurice Utrillo, dejó una profunda huella en Erik Satie, de hecho, al músico no se le conoce más relación sentimental que aquella y tuvo que ser de tal intensidad que tras aquellos escasos seis meses, Satie solo acertaba a decir que el amor era una enfermedad de los nervios.

El jamás pudo olvidarla, es más, le siguió escribiendo cartas durante 32 años. Cartas que él nunca le llegó a enviar. Como casi todo en la vida de un tipo de tan extraordinario y original, en el asunto de la correspondencia no dejaba de serlo y también se cuenta que no tenía la costumbre de abrir las cartas que recibía y que las contestaba sin leerlas.

La pintora Suzanne Valadon no le iba a la zaga en personalidad, genio y rarezas, de hecho, en ese aspecto fueron almas gemelas. Ella tuvo una vida muy complicada, pues, además de pintar, fue modelo y amante de grandes pintores de la época como Renoir, Toulouse Lautrec o Degas.

En su tierna y desamparada infancia, Suzanne llegó a trabajar en un circo hasta lesionarse la espalda en una caída, también se cuenta que solía pasearse con una cabra a la que le daba para comer algunos de sus dibujos que no acaban de salirle bien.

En aquel país de Bohemia y Belle Epoque, con la luz mortecina de las tardes, el barullo de las tabernas, el sabor a absenta y a flores del mal, se encontraron dos jóvenes absolutamente extraordinarios que “habían nacido muy jóvenes en un tiempo muy viejo”.
 

 


 

miércoles, 29 de agosto de 2018

Fantasía para una rosa incierta


 Pablo Auladell


“FANTASÍA PARA UNA ROSA INCIERTA” 
 delirio: del latín de-lirare
 "salir del surco al labrar la tierra" 


Raquel Lanseros y Fernando Valverde son dos poetas a los que admiro mucho y los autores de la veintena de poemas que conforman este recital. 

Sus voces son distintas, pero comparten una poética similar. En esa consonancia estética, apuestan por la claridad expresiva y se consideran discípulos de Ángel González, Claribel Alegría, Gonzalo Rojas, José Emilio Pacheco, Piedad Bonnett, Juan Manuel Roca, Luis García Montero o Benjamín Prado. Éticamente siguen creyendo que una de las misiones de la poesía es enfrentarse al poder, el poder de estos días inciertos, que no hace más que invitarnos al silencio, al fragmento, a las subjetividades ensimismadas y a la pérdida de diálogo entre las conciencias. 

Advierto ya de entrada que un poema no necesita -en absoluto- de una música que lo acompañe. Como lector de poemas, disfruto de la fascinación, del misterio o del deslumbramiento de aquellos que me emocionan, iluminan o consuelan, que me hacen reflexionar. Somos los lectores quienes resolvemos el poema internamente, el poema necesita un lector. De la necesidad de un oyente, ya no estoy tan seguro. 

Desde esa premisa, abordo y entiendo su musicalización como algo diferente ya al momento íntimo de su lectura. Trato de elaborar estrategias para una puesta en escena. La selección y disposición de los textos orientan diferentes grados de tensión que deberán ser resueltos de una manera singular, pero verosímil a la poética que lo sustenta. Casi más importante que la inspiración melódica y el oficio armónico, el resultado final va a depender de su modulación al lirismo y pulso narrativo de los versos. Con suerte, escucharemos diversos personajes que en su discurso arman paisajes y tramas, como en un cantar de ciegos. Este es mi juego y su artificio. 

En palabras de Raquel: “transmitir la verdad que anida dentro de un ser humano, con su grito y su silencio, su alegría y su desgarro, su desesperación y su serenidad, su memoria y su olvido. Con apoyo de todos los recursos que el lenguaje brinda”. Para Fernando “la poesía, al igual que la originalidad, es patrimonio de cualquier ciudadano, los poetas son personas normales sin nada que les diferencie más allá que su intento de mirar las cosas con atención y con calma, y de tratar de comunicar sentimientos y emociones a través de la palabra”. 

Palabras que nos hablan de un hombre cansado o un lobo que espera en el poema, esperanzas perdidas en los abismos de un corazón humano, tangos sin finales felices, canciones que nacen en los bosques, de una mujer que espera en el andén, lo que siempre soñamos ser, de las noches intactas de la primavera. Pelícanos ciegos y un niño que se sumerge entre las olas. Sobre la muerte o vida a plazos, despertar de algún sueño realizable, de algunas noches juntos sin motivo, parecerse al hombre que no ha sido, madrugadas con niebla y tristeza en los ojos, fantasías de niña hechas añicos. 

Mi apuesta ha sido realizar algo acorde a su belleza y sencillez, con espacio suficiente para la confidencialidad. Debo agradecer el talento y la generosidad de José Luis Rico, Ivan Mitov y Pablo Auladell, sin los cuales no habría existido este pequeño delirio. Al final, una fantasía no es otra cosa que eso mismo, salirse del surco del arado.



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EL DAÑO  -  Fernando Valverde
Recita José Luis Rico




LA MINA MÁS LINDA -  Raquel Lanseros 




EL POETA SE APEA DE TU MIRADA  -  Raquel Lanseros
Recita José Luis Rico  





UN LOBO  -  Fernando Valverde




INVOCACIÓN  -  Raquel Lanseros





MADRUGADA  -  Fernando Valverde
Recita José Luis Rico





viernes, 3 de octubre de 2014

Luis García Montero

Cuando me invitaron a cantar en la presentación de la última novela de Luis García Montero pensé en musicar un poema suyo. No me pareció algo descabellado, tenía tiempo y muchas ganas, él es un poeta que me inspira mucho.

Con la cabeza atormentada ante la posibilidad de convertir un gran poema en una mala canción, anduve buscando y rebuscando... hasta constatar que los dos temas fundamentales en la poesía de Luis son el amor (como trasformación de los sentimientos) y las ciudades (como escenario del mundo moderno).

Así fue como hallé en su libro de poemas “Diario Cómplice” (1987), el Poema I en el cual ambos temas se encuentran íntimamente ligados: “Yo sé que el tierno amor escoge sus ciudades”. 

Gracias a todos, especialmente a Luis, no sólo por sus entrañables palabras, sino por la lucidez y sensibilidad de un enorme poeta que ha tomado su oficio como ética, un contrato moral con los lectores que no podemos sino agradecer. 



Yo sé
que el tierno amor escoge sus ciudades
y cada pasión tiene un domicilio,
un modo diferente de andar por los pasillos
o de apagar las luces.

Y sé
que hay un portal dormido en cada labio,
un ascensor sin números,
una escalera llena de pequeños paréntesis.

Sé que cada ilusión
tiene formas distintas
de inventar corazones o pronunciar los nombres
al coger el teléfono.
Sé que cada esperanza
busca siempre un camino
para tapar su sombra desnuda con las sábanas
cuando va a despertarse.

Y sé
que hay una fecha, un día, detrás de cada calle,
un rencor deseable,
un arrepentimiento, a medias, en el cuerpo.

Yo sé
que el amor tiene letras diferentes
para escribir: me voy, para decir:
regreso de improviso. Cada tiempo de dudas
necesita un paisaje.