Venenos de primavera
viernes, 29 de noviembre de 2013
lunes, 25 de noviembre de 2013
Plaza Manila
La brújula señala exáctamente hacia el norte de la ciudad,
hacia una
plaza habitada por misteriosos personajes
comunes y
corrientes.
Una plaza que
cambia con las estaciones,
noches de
fiesta y mañanas con sol de invierno,
los carritos
de los niños, el tranvía…
…un tranvía fantasma que no pasaba nunca
-al menos yo
no lo vi pasar nunca
o siempre lo
perdí-
Sea como
fuere, sentémonos una noche más
a ver pasar la
vida, ya que no el tranvía,
en una
terracita de la Plaza Manila.
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Se llama
Emilia y la he conocido esta noche.
Me dice que ella
es la gitana de Plaza Manila, su protagonista.
La que tuvo el
coraje hace treinta años de ponerse una minifalda en medio de una familia
gitana de trece hermanos, plantando cara y jugándosela.
La que
encontró refugio y amparo junto a esa plaza.
Y me dice,
además, que su hija tiene la piel tan blanquita como la luna llena que,
casualmente, también brilla esta noche.
Plaza Manilamartes, 19 de noviembre de 2013
La eterna canción
Se cumple un año
desde tu adiós a mi eterna niñez,
desde tu risa hasta mi estupidez,
desde tu olor a mi infancia.
Hoy la distancia
tiene un sabor parecido al champán
y cicatrices de viejo volcán
(no lo llames desamor)
hoy he invitado a cenar al dolor
y a mi mayor enemigo,
como estribillo de eterna canción
que no conoce el olvido.
Hoy tengo ganas de ver
cómo las estrellas se van,
dejando paso a un nuevo amanecer
lleno de vida y de muerte.
Hoy tengo suerte,
si no la tengo la pienso buscar,
si no la encuentro la voy a inventar
como inventé un corazón
que había perdido su fe y su ilusión,
como acuarela a punto de imprimir
y hoy se convierte en la eterna canción.
Tal vez no sepa morir.
La eterna canción
lunes, 11 de noviembre de 2013
La glorieta de los tragaluces
ESTRAGÓN: ¿Dices que tenemos que volver mañana?
VLADIMIRO: Sí
ESTRAGÓN: Entonces nos traemos
una buena cuerda.
VLADIMIRO: Eso es.
(Silencio.)
ESTRAGÓN: Didi.
VLADIMIRO: ¿Qué?
ESTRAGÓN: No puedo continuar así.
VLADIMIRO: Eso se dice
fácilmente.
ESTRAGÓN: ¿Y si nos separásemos? Quizá nos fuera mejor.
VLADIMIRO: Mañana nos
ahorcaremos. (Pausa) A no ser que venga Godot.
ESTRAGÓN: ¿Y si viene?
VLADIMIRO: Estaremos
salvados.
(Coge su sombrero -el de LUCKY- mira en el
interior, pasa la mano, lo sacude
y se lo vuelve a poner.)
ESTRAGÓN: Entonces, ¿nos vamos?
VLADIMIRO: Súbete los
pantalones.
ESTRAGÓN: ¿Qué?
VLADIMIRO: Súbete los
pantalones.
ESTRAGÓN: ¿Que me quite los pantalones?
VLADIMIRO: Que te los subas.
ESTRAGÓN: Es verdad.
(Se sube tos pantalones.
Silencio.)
VLADIMIRO: Entonces nos vamos?
ESTRAGÓN: Vámonos.
(No se mueven. Telón.)
La glorieta de los tragalucesviernes, 1 de noviembre de 2013
La ballena morada
Silbando y dando voces
oigo a mi hijo que
se acerca por la calle.
Vuelve a casa de la mano de
su madre,
sube y echa a correr hacia
mí
y me pregunta qué es eso,
qué es eso,
¡¡¡ qué es eso papá…!!!
Y dibuja y pinta y canta y
salta
y me pregunta y me pregunta
y a cada golpe de vista
salta un ogro y soy yo
y nos convertimos en títeres
poniendo voz de falsete
y dibujamos y pintamos y
cantamos y saltamos
y me pregunta y me pregunta
y nos dormidos rendidos
en la voz de mamá,
que nos abriga.
Yo, realmente, me hago el
dormido
mientras invento respuestas
para el día siguiente.
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Para Enric, mi Príncipe enano.
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