Desde que no te
aburres conmigo
tus graffitis no se
distinguen,
pierden su gracia
cuando la fiesta
solo debería haber
comenzado.
Y, fíjate,
he descubierto
a la vecinita de
enfrente
con estos prismáticos
rusos
y me sorprende el marcapasos
de la memoria -otra vez-
pensando que tendría que contártelo.
de la memoria -otra vez-
pensando que tendría que contártelo.
Pero estabas tan
fascinado
por los expurgos de la
vida,
por los saltos
mortales
de tu purificación
que
-íncubo en aquel rito de paso-
me desconectaste de tu
pecho.
